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Tortosendo

Ubicada cerca de la margen derecha del río Zêzere, la parroquia de Tortosendo se encuentra a 5 km de la ciudad de Covilhã, en la ladera suroeste de la Serra da Estrela.

Su poblamiento se remonta a la época lusitana, aunque el asentamiento definitivo del hombre sólo se produjo tras la fundación de la Nacionalidad, pues hasta entonces no cesaron las invasiones extranjeras, desde los romanos, hasta los pueblos germánicos y los musulmanes.

Zonas de ocio

Tortosendo dispone de un Jardín Público en la zona del Largo da Feira, con gran cantidad de árboles y flores, y más zonas verdes, con un total de 3.997 m2. Recientemente, la Junta Parroquial ha construido en este lugar un quiosco bar/terraza, que es una auténtica sala de visitas de este pueblo y que ha mejorado esta zona de ocio. En 1996, la Junta Parroquial, en un terreno adquirido en Ponte Pedrinha, creó otra zona de ocio/playa fluvial. En 1996 se abrió al público la Piscina de Tortosendo.

Patrimonio

En el pueblo sólo existe una casa señorial, la de la familia Garrett, situada frente a la Igreja Matriz. Tiene capilla privada, amplios jardines, piscina, establos, almazara. También existen otros edificios característicos de este pueblo, las CASAS RICAS de las que destaca la Casa das Amarais. Por otro lado, podemos encontrar las denominadas CASAS TÍPICAS, construidas en piedra hasta el primer piso, madera (taipa) y barro. Las paredes estaban en general revocadas. Debajo estaba el almacén donde se guardaban los animales, los productos agrícolas y las barricas de vino, teniendo la puerta la particularidad de ser más ancha que la jamba para facilitar la entrada de las barricas de vino.
En la planta superior del almacén se encontraba la vivienda propiamente dicha, con divisiones interiores de madera de pino (taipas) y barro. La escalera en este tipo de viviendas es exterior, rematando en una mesada de granito (normalmente con porche) que da acceso a la puerta de entrada, conectando con la cocina, que suele ser de teja vacía. Había un lugar en el centro donde se encendía el fuego, sobre el cual se colgaban las salchichas en palos de humo, en el momento de la matanza del cerdo. También estaba decorado por la vajilla, bancos, escollo, bruja (asado), salina, donde se colocaba el jamón, también había lámparas de aceite o petróleo y las tradicionales lechuzas (pequeños bancos).
El techo de la casa solía ser de teja, pero también se usaba mucho la pizarra. Las puertas y ventanas eran de dimensiones reducidas y las habitaciones (divisiones interiores) se abrían a una sala común. Estas casas también tenían un porche encaramado, lleno de flores, típico de beira baixa. Hoy todavía se pueden ver estas casas en los barrios de Machedes, Escabelados y Maiorais.